Cuando empezamos a pescar nos dimos cuenta de que no iba hacer nada nada fácil. Nos costó andar un buen trecho hasta empezar a encontrarnos con las primeras carpas por las orillas aunque éstas no nos hacían mucho caso pues estaban muy asustadizas, y sobre todo, se concentraban en zonas donde había mucha vegetación subacuática hincando los morros lo que hacía que apenas viesen nuestras invitaciones cuando las presentábamos. 

De repente fijé mi objetivo en un grupo de carpas que estaban hociqueando y armando  revuelo alrededor de  una nube de cieno.  Empecé a pescarlas sin mucho éxito pues algunas se asustaban nada más  presentar la mosca y otras no hacían ni caso hasta que ocurrió el milagro..... De repente apareció una grandísima sombra que nada más caer el streamer se abalanza sobre él mismo, la línea se tensa al máximo  y es el momento de clavar;  empieza la lucha. 

Fue más de media hora terrible de tira y afloja hasta que al final decidió rendirse. Una vez en la orilla no pude dejar de admirar este gran ejemplar que sin duda superaba cualquiera de mis récords hasta el moment. Una grandísima carpa Royal que pude fotografiar gracias a la ayuda de mi padre pues mientras posaba delante de la cámara a mis brazos les costaba sostenerla después de tal batalla y su peso.